En la vieja horca de la cárcel de Lansing murieron ayer dos prisioneros después de cinco años y medio de ser condenados a la pena de muerte por haber matado a 4 integrantes de una familia en Kansas, EEUU.
Dos jóvenes de 28 y 31 años en busca de una caja fuerte repleta de dinero entraron a la casa de la familia Clutter en la madrugada del 15 de noviembre de 1959. Al no encontrar el botín, los ladrones llamados Richard Eugene Hickock y Perry Edward Smith decidieron matar a los cuatro miembros de la familia que dormían en la casa.
Herbert Clutter, su esposa Bonnie y sus dos hijos menores de edad, Nancy y Keynon descansaban en sus habitaciones cuando fueron sorprendidos por los intrusos. Hickock, mecánico de profesión despertó y encerró a toda la familia en un baño de la casa mientras su cómplice revisaba el interior de la residencia. Al no hallar nada de valor Smith, veterano de la guerra de Corea sacó una por a una a sus víctimas y les pegó un tiro en la cabeza.
A la mañana siguiente la Policía encontró a Nancy bañada en sangre y arropada en su cuarto con un tiro en la nuca, luego descubrieron a su madre también en su habitación atada con las manos juntas como si estuviera rezando con un disparo a quemarropa a un costado de su cabeza, después encontraron al hijo menor en el sótano con un tiro en la cara y por ultimo Herbert fue encontrado tirado en el piso del cuarto de calderas con el cuello cortado y un tiro en la cara.
En la escena del crimen no se encontraron muchas pistas, ni siquiera los cartuchos de los disparos aparecieron, solamente unas huellas de botas se hallaron en el sótano de la casa. Los habitantes de Holcomb no encontraban explicación al suceso, no creían que la familia Clutter tuviera problemas con nadie, eso y la falta de indicios causó sensación de inseguridad en todo el pueblo.
Después de cometer el crimen Hickock y Smith repartieron cheques sin fondo en Kansas City y con el dinero que recogieron se fueron a México, cuando se lo gastaron todo volvieron a EEUU, pero la Policía todavía no los tenía como sospechosos del crimen.
El asesinato de la familia Clutter vio una luz cuando Floyd Wells, ex-compañero de celda de Hickock declaró que le conto a su compañero que Herbert era un millonario y que este poseía una caja fuerte con al menos 10.000 dólares en su casa. Wells dijo también que ante esta revelación Hickock le había dicho que al salir de prisión robaría a Clutter con ayuda de un amigo. Entonces al enterase de la notica Wells reconoció a los autores y los denunció ante la Policía.
Smith y Hickock fueron capturados el 30 de diciembre de 1959 en Las Vegas, Nevada donde los sospechosos planeaban robar unos casinos.
En dos interrogatorios separados, los acusados confesaron los delitos que habían cometido. El primero en ceder fue Hickock, el cual le hecho toda la culpa a su cómplice cuando se enteró que la Policía tenía dos pruebas contundentes: el testimonio de Wells y las huellas de sus botas en la escena del crimen. Smith solo habló después de estar seguro que su compañero lo había delatado, su relato fue idéntico al de Hickock salvo que según Smith, su cómplice había sido responsable de la muerte de las dos mujeres.
Los criminales fueron encontrados culpables en un juicio del asesinato en primer grado de cuatro personas y condenados por el jurado a pena de muerte en marzo de 1960.
Sin embargo, los abogados defensores lograron aplazar en tres oportunidades la fecha de ejecución de los acusados mediante apelaciones ante la Corte Suprema de Justicia donde alegaban que durante el juicio les habían violado derechos constituciones. Al final el tribunal denegó los recursos presentados en la apelación y en marzo de 1965 programó la fecha de ejecución para el 14 de abril del mismo año.
En la madrugada de ayer Smith y Hickock, socios en el crimen, murieron en la horca de la prisión del estado, por uno de los crímenes más sangrientos que Kansas haya visto.
Francisco Moreno
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