20 octubre 2014

El problema de junior somos todos, la solución también - Columna de opinión

¿A quien le debemos este presente juniorista?, ¿Quiénes son los responsables por tan estrepitosa caída de un semestre al otro?, ¿por qué siempre existen problemas con la indisciplina a pesar del paso del tiempo, jugadores y técnicos?
Muchas son las preguntas que se pueden hacer alrededor del presente del equipo barranquillero, pero la respuesta inapelable es una sola, tras quince fechas, el actual subcampeón del fútbol colombiano marcha hoy decimotercero, a cinco puntos del octavo clasificado.

¿Cómo se explica todo esto?, acaso desmantelaron el plantel, cambiaron el cuerpo técnico. Nada de esto pasó, se fue el goleador del equipo, si, los refuerzos no han estado a la altura, también, pero la base del equipo se mantuvo, el técnico aunque aparezca otro nombre es el mismo Comesaña, estos cambios no dan para la hecatombe que se vive en el conjunto rojiblanco, ¿y entonces?

Muchos culpan a los actos de indisciplina del plantel por el mal andar futbolístico, pero oh sorpresa, ese jugador que se fue, Toloza, goleador del subcampeón, había sido desechado y reinsertado en el club, con historias de alcohol, fiestas y rechazos para con ofertas de la institución en el medio, todo en seis meses. Y así y todo, por un minuto de reposición de más, no quedó campeón. Entonces en el exitoso pasado reciente de Junior también hubo desobediencia y malos comportamientos. De nuevo, ¿qué pasó? ¿Qué cambió en el equipo?

Paradójicamente la respuesta que estamos buscando para intentar explicar el momento por el que pasa el equipo con más títulos de la costa es que no cambió nada en Junior. No se hicieron los ajustes debidos para tener un plantel ordenado y competitivo, no se aprovechó el buen resultado para construir una base que fuera capaz de soportar los problemas que se vinieran en el camino, ni siquiera se consiguió mantener una alta taquilla después de un buen resultado, ningún cambio bueno. Por el contrario, se mantuvieron todos los vicios, tan arraigados en el equipo: actos de indisciplina sin solución o inclusive con indulto, ante la mínima crisis inestabilidad para el cuerpo técnico e inclusive fuertes ataques a referentes como Viera.

Aquel segundo lugar, a fuerza de goles del nariñense, hizo olvidar todos los comportamientos poco profesionales que tuvo Toloza. También se borró la división de plantel y de afición que se generó cuando en ese torneo el artillero de la quinta estrella, Arzuarga, se negó a entrenar porque el técnico había puesto a un jugador que no hizo pretemporada por encima de él, (Toloza). En Junior no se cumplían órdenes, se hacía lo que se quería. Se dejó de recordar que en esos seis meses se hizo un cambio de entrenador, se aceptó que su reemplazo fuera un interino y también el engaño de decir que Comesaña solo era el Manager. Todo esto fue aceptado fácilmente por todos los sectores a cambio de unos buenos resultados.

En este semestre nada se aprendió, nada cambió, todo se olvidó y sin embargo, los malos resultados sitúan a Quiñones, protagonista del principal caso de indisciplina, como gran culpable de la debacle deportiva y de la división del plantel. Hoy todos lo responsabilizan del decimotercer lugar porque puso en twitter un escudo del Cali diciendo que esa era su casa, y porque “en situaciones que no han sido completamente confirmadas por nadie”, golpeó a un integrante del cuerpo técnico que además tiene la casualidad de ser una leyenda del club.

Si a Toloza se lo perdonaron y antes había tenido un semestre malo en el equipo, tanto como para despedirlo, porque el ex jugador de Itagüí no iba a creer que tenía licencia de hacer un poquito más, cuando él hizo parte de ese equipo subcampeón, al que se le perdonó todo por el bien de los resultados. Los que hoy dicen que solo él tiene la culpa, en mi opinión están equivocados, o sí tienen razón, no están como para juzgarlo, porque seguramente al igual que la dirigencia, el torneo pasado gritaron los goles y aplaudieron el indulto y la recuperación de Edison.

Esto no es algo que pasó solamente ahora, viene casi de la mano con nuestra cultura. Y con lo anterior no quiero quitarle responsabilidad a un jugador como Luis Quiñones, que sin ningún mérito viene y pisotea tanto a la institución como a la afición, para nada. Él es tan responsable como los dirigentes que no dijeron nada en el momento de Toloza, ni en el de Arzuaga, ni ahora, siempre esperando a que todo pase; como de los compañeros, que internamente permiten que se hagan y se perdonen estas cosas; como de los hinchas que después de unos goles perdonan todo el mal hecho; y en esta bolsa resultadista también podría entrar la prensa, que a veces pierde el foco y no siempre denuncia oportunamente las cosas que pasan con el equipo.

No se puede cambiar un concepto de un jugador porque después de equivocarse rinde bien, eso es casi como perdonar una infidelidad porque la persona es buena en la cama. Si no hay un cambio de comportamiento profundo y real, no se debe dar segunda oportunidad.

Problemas con Técnicos y Dirigencia

Otros culpan, con mucha razón a los dirigentes, les dicen que siempre traen a dirigir al Junior a sus viejos amigos, que nunca salen de la misma rosca y que siempre hacen los mismos negocios con el equipo.
Todos conocemos como es el círculo, sea cual sea el motivo porque el tiburón se queda sin técnico, van a sonar mínimo Comesaña y el Zurdo López. Y es así, eso es verdad, pero al mismo tiempo de quejarnos deberíamos indagar el ¿por qué?, hacer una hipótesis con una posible explicación racional.
En épocas de relección de la rosca, recuerdo sectores, un poco desmemoriados de la prensa de fuera de Barranquilla, que reclamaban respeto a la afición por traer “siempre la misma vaina”, y lo recitaban imitando acento costeño. Ellos pueden olvidarse porque no están en el día a día, pero los que seguimos al equipo debemos recordar que si han traído distintas opciones, de diferentes palos, estilos de juego y con experiencia exitosa comprobada tanto en clubes grandes como chicos.

Ejemplos, por citar tres, que llegaron con méritos y se fueron como perros en misa: Quintabani, campeón con Pasto y bicampeón con Nacional, en 2011 salió echado de Junior y dejó al equipo con una importantísima deuda económica; “Sachi” Escobar, también campeón con el verde y con buenas campañas en Pasto y Once Caldas, en 2008 casi lleva al equipo al descenso, también se fue despedido de la institución; Alexis García, de la nada construyó un imperio con Equidad, que le dio fama como uno de los mejores entrenadores del país, llegó a finales de torneos con los humildes aseguradores, pudo coronar una copa Colombia, en Junior, en 2013 se fue peleado con los jugadores, con la afición, con Barranquilla y diciendo que los costeños eran xenofóbicos regionalistas o algo parecido.
¿Por qué no funcionaron ninguno de esos proyectos en Barranquilla?, ¿qué tiene Junior de especial?, será que tenemos un plaza muy exigente que solo acepta a los de la casa, o será que solo los de la casa se aguantan los comportamientos que se dan en esta plaza. No vaya a ser que estos técnicos no aceptaron los actos de indisciplina y por eso se fueron, o no vaya a ser que los malos resultados llegaron porque los jugadores no admitían las condiciones que les imponía la cabeza de grupo. Nadie confirmó que fuera así, pero todos se fueron muy mal, y eran jugadores distintos y épocas bien distintas, ninguno de ellos tenía la fama de problemático de Jorge Luis Pinto (también ex técnico del equipo). Lo único cierto es que después de sendos descalabros, la dirigencia apostó por los bomberos de siempre, que le funcionaron medianamente bien.

Entonces, ¿en qué quedamos?, que traigan técnicos del palo del equipo, que conozcan la institución y sepan cómo es la “la vaina” así sean los mismos de siempre, o le piden a los dirigentes que se metan la mano al dril y traigan a gente que valga la pena. Para cualquiera de las dos, tanto aficionados, como jugadores, como la prensa, como los dirigentes y como todos, deben ponerse serios.
Nuevamente con esto no quiero deslindar de la responsabilidad a los directivos, ni excusarlos diciendo que no tenían otra opción, simplemente pretendo reflejar una realidad, sobre un tema muy cuestionado, que se ha dado y que no podemos obviar al momento de criticar.

Lógicamente que los dueños del equipo tienen gran responsabilidad, por no decir la mayor de todas. Cuando una empresa fracasa, son a los gerentes a los que despiden porque son ellos los que se equivocan, tal cual como pasa con los técnicos, pero también erran los dueños al elegir a sus gerentes. Y su responsabilidad aumenta, si no le dan al gerente elementos decentes con que desenvolverse, ni los dejan manejarlos como a él le parece. Porque también es cierto que rosca o no rosca como DT, a Junior vienen unos jugadores desconocidos que pocas veces rinden. Por mencionar los paraguayos de este semestre o a los argentinos del torneo anterior.
Si no invierten en el club y no dejan que el técnico elija con que va trabajar y como va a solucionar los problemas que se presenten, será difícil remontar de forma permanente esta situación y todo quedará en manos de si entra o no entra la pelota.

Tenemos que construir y no destruir.
Junior es un club que carece de planeación y que en muchos ámbitos  se maneja de acuerdo a como venga la mano. La dirigencia toma decisiones buscando salvadores y no tienen un plan fijo, si sale, bien y si no, ahí vemos. Los jugadores y los técnicos solo salen a buscar el partido o dar el máximo cuando la situación es apremiante (si jugaban como contra Nacional todos los partidos, seguro estaban entre los 8). Los hinchas, si ganó el partido pasado llenan el estadio, si lo perdió, queda vacío. Los periodistas, si gana, Junior es Disney y si pierde, es que se saben los escándalos y es que llegan las criticas. Todos debemos hacer parte para construir un mejor equipo que represente a la ciudad como se lo merece.

Los Dirigentes deben tomar decisiones serias, pensando en el equipo y solo en eso, corresponde sostener un proyecto, sea cual sea el que tomen, y que en él no entren ni negocios ni política. Barranquilla no quiere más bomberos futbolísticos, está agradecida con lo hecho por ellos en el pasado, pero ahora quiere tener un club moderno y modelo. Ahora, si de todas formas eligen apostar por lo conocido, entonces apóyenlo en las decisiones que tome, sean cuales sean, porque para eso lo eligieron, y por favor, entréguenle jugadores dignos para que pueda dirigir a un plantilla que valga lo mismo que la camiseta que visten.
Los técnicos, y solo ellos, deben manejar quien entra y quién sale del equipo, si hay actos de indisciplina deberán cortarlos de raíz y mantener siempre por encima a la institución, si no lo hacen, ellos mismos deberán responder ante los directivos. Tampoco, sean los de siempre o los nuevos, corresponde aceptar refuerzos mediocres, los entrenadores también deben comprometerse con proyectos serios y cumplirlos, para que después se les juzgue solo por su desempeño, sin reparar en otras explicaciones.

Los aficionados deben, en primer lugar, apoyar más al equipo, son miles las voces que critican a técnicos, dirigentes y referentes del club, pero lamentablemente no son tantas las que están domingo a domingo en el metro; en segundo lugar, ya con el derecho de criticar comprado, deben dejar de ser cómplices de las cosas malas que ven, si se los pisotea y tras un par de goles o resultados se acepta el maltrato, después será muy fácil volver a sobornarlos, (recuerden que Junior llegó a la final defendiéndose en Bogotá y ahora no gusta que el DT salga a empatar de visita), toca ser serios y no aceptar lo que está mal o lo que no gusta, todo esto mientras se hace parte activa del club.

La Prensa debe dejar los vicios resultadistas, debe criticar desde su lugar pero no pedir cosas que no sean facultades periodísticas, no se pueden reclamar destituciones  ni pedir nombres de protagonistas (de jugadores o técnicos), esto genera inestabilidad en el club, acaso en otros ámbitos está autorizado fomentar golpes de estado o que los periodistas hagan campaña en el medio por un candidato. Se debe limitar a informar lo que pasa, sea cual sea el presente del equipo, a señalar errores y virtudes, a hacerse preguntas y a buscar respuestas, más no entrar en la adulación excesiva o destrucción según sea el caso, simplemente una crítica real y aquí también entran los hinchas a aceptar que si se critica algo aun cuando se esté ganado, no es para dañar sino para corregir a tiempo.

Lógicamente no todos los hinchas ni todos los periodistas son resultadistas, ni todos los técnicos defensivos, ni todos los jugadores poco serios, y creo que no todos los dirigentes son malos tampoco, pero con un poco de autocrítica de cada parte se puede salir de esto. El semestre no está perdido, queda la Copa Colombia y una mínima chance de ser octavo.

Seguramente esta no sea la clave del éxito, en el fútbol no hay verdades comprobadas, palabras sagradas, ni fórmulas mágicas, pero indudablemente si se hacen estas correcciones que formen un Junior más unido, con una estructura sólida, el equipo estará más preparado para resolver los inconvenientes que se le presenten, y con esto, estar más cerca de alcanzar la octava estrella y de hacer un papel digno en una copa internacional.

Francisco Moreno…

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